Dentro del ciclo de Teatro Clásico, el maravilloso (salvo la tapicería y las cortinas) Teatro de Rojas de Toledo presentó este drama del honor de Calderón de La Barca, El Pintor de su deshonra. Y una vez más, a cargo la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Bueno, no es una de las obras que más me ha gustado, debido a que este tipo de dramas del honor suelen ser no sólo ideológicamente execrables (desde el punto de vista de la contemporáneidad, por supuesto, pues de acuerdo a la época son perfectamente normales), sino normalmente muy similares unos a otros, e incluso algo absurdos desde el punto de vista de la acción. Aquí sucede lo de siempre: una mujer es deshonrada por un amante secuestrador, que se la lleva en contra de su voluntad, pero con ello realmente el que pierde su honor es el marido, que no puede hacer menos que matarla. A esta tremenda y trágica trama se le yuxtapone una segunda, los amores del Príncipe de Ursino y Porcia, de corte cómico.
En fin, si la obra en sí misma no me gustó del todo, y casi me pareció un ladrillito, lo cierto es que el montaje, el vestuario, y el trabajo de los actores me pareció bastante bueno, como es habitual en nuestra Compañía Nacional. Además, la escena era acompañada por tres músicos femeninos que con instrumentos de época (clave y violas de gamba) remarcaban la acción. Un lujo, además muy bien interpretado por Agathá René Bosch y Alba Fresno a las violas de gamba, y Mercedes Torres en el teclado del clave. El vestuario y la escenografía, que tanto me gustaron, se debieron a Pedro Moreno y Carolina González, respectivamente. Versionada, a su vez, por Rafael Pérez Sierra, la dirección corre a cargo de Eduardo Vasco.Del elenco de actores, destacaría a Francisco Merino, como Don Luis, a Arturo Querejeta como Don Juan Roca, a Eva Trancón como Porcia y a Fernando Sendino como el Príncipe de Urbino. Realmente memorables, con un dominio del verso y del texto (a menudo agobiante) que demostraba la calidad y la clase. El resto del elenco muy bien, especialmente José Ramón Iglesias como Juanete. Algo menos Muriel Sánchez, como Serafina (normalmente el papel lo interpreta la actriz Nuria Mencía, que curiosamente comparte nombre con una de mis compañeras de trabajo) y Daniel Albadalejo como Don Álvaro (conocido por su papel de Benito el segurata en Camera Café). A la primera había muchos momentos que no se le escuchaba, y está muy verde, al fin y al cabo es una cover, pero una cover floja, y el papel es protagonista. El segundo, siendo un buen actor, aún no tiene la calidad suficiente, o la formación, para enfrentarse al teatro clásico... Quedó muy descolgado de sus compañeros.En fin, un buen trabajo dramático y una buena propuesta escénica, pero un texto realmente, al menos en mi opinión, que tampoco es para tirar cohetes, aunque a decir de algunos entendidos es de los más hermosos dramas del Siglo de Oro (yo disiento)... Quién ame el teatro disfrutará, quien quiera acercarse para conocer el teatro clásico, mejor que se espere. Aún así, el trabajo de los actores merece la pena terminar con lo que ya es un clásico en este blog: ¡Aprende Botto!
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