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sábado, 2 de mayo de 2009

Nina Stemme en el Teatro Real... Ruhe..!

Me vuelve a pasar lo de siempre... Uno lee cosas por ahí y se pregunta "yo no estuve en el mismo recital, yo estuve en otro", y como siempre las ganas de destruir hacen escribir auténticos disparates. Bueno, ¿qué decir de la actuación de Nina Stemme? A mí me gustó. Me pareció un concierto difícil y comprometido, y sobre todo, con un handicap terrible, que se llama Orquesta del Real, y que se apellida López Cobos. Empezaré por ello. La orquesta tuvo dos momentos en solitario, la "Suite Orquestal" de "El Caballero de la Rosa", de Richard Strauss, y el "Preludio y Encantamiento del Viernes Santo" de "Parsifal" de Wagner. Estas piezas a esa orquesta le quedan grandes, y a las pruebas me remito. Strauss, cuya riqueza orquestal es inmensa, debe sonar limpio, cada miembro de la orquesta ha de brillar en conjunto y por separado. Nada de eso escuchamos esa noche en el Real. El sonido era sucio, a veces un montón de acordes sin orden ni sentido, y cuando se relaja en el vals, que debería soltarse en el rubatto y dar aire a la orquesta, López Cobos se empeñó en dirigirlo como una marcha militar. Estuve siguiendo el compás con el pie, y el metrónomo, como siempre, funcionaba, rígido y marcial. Sigo siendo muy excéptico sobre el pasado de López Cobos, nunca me gustó, y sobre todo estoy alegre porque se anuncia que se marcha. Fue un suspenso en toda regla. En cuando a "Parsifal"... Una de las piezas más bellas y emocionantes de Wagner se convirtió aquí en un auténtico ladrillo que si dura diez minutos más duerme hasta a las ovejas. Ayer le dije a una amiga algo que no sé si me atrevería a decir en otros foros, pero esta es mi casa, y aquí se puede decir lo que se quiera, jejeje. Había momentos en los que ese Wagner me sonaba a compositor norteamericano de los 40 y 50, a un joven Aaron Coplan, por ejemplo, e incluso hubo "momentos Rachmaninov". No, la orquesta del Real es un desastre, y tras todos los años que lleva dirigiéndola, el culpable se llama Jesús López Cobos, y dejémonos de tonterías.
Se quejan en los foros de que a Nina Stemme a veces no se la escuchaba. Ello se debe a dos cosas, la primera a lo poco que muchos están acostumbrados a escuchar a Wagner en directo, donde eso muchas veces es normal, debido al enorme volumen al que la orquesta puede llegar a sonar. Pero en este caso, el volumen de la orquesta, sobre todo en la segunda parte del concierto, fue tal que a veces los metales hacían daño en los oídos, eso no me había pasado nunca. Sonaba mal, excesivamente fuerte, extremada en volumen, sin ningún matiz... Con eso acompañándote, no puedes hacer mucho más.
Los cuatro últimos lieder de Strauss estuvieron bien, lo que sucede es que a uno le gustan más estos lieder interpretados en voces más líricas. Cuando tienes una voz oceánica, las posibilidades de ese lirismo son más bajas, los matices a veces se pierden, y las sopranos hacen lo que pueden. No hay que olvidar que lo mismo lo ocurrió a la grande entre las grandes, Kirsten Flagstad, cuando estrenó las piezas en Londres. ¿Qué pasó aquí? Que Nina Stemme intentó aligerar su voz en todo lo posible, pero a veces no podía o no lo conseguía, le era muy difícil. Sin embargo, consiguió una interpretación interesante, incluso inteligente, contenida y muy metida en el texto, hermosa por momentos, emocionante en "Im abendrot". La orquesta, a su aire, López Cobos haciendo silencios absurdos y bruscos que no existen, pasó varias veces, y la soprano luchando contra los elementos. Pero dejémonos de tonterías, ella no estuvo mal, y puede con esos lieder, es, en mi caso, cuestión de gustos, pues siempre he preferido a Schwarkopf, Norman o Caballé en esa partitura, y no estamos hablando de voces oceánicas.
La voz de Nina Stemme se soltó mucho más en "La Inmolación de Brunilda" de "El Ocaso de los Dioses". Dice alguien, por ahí, que la cantó con la partitura delante, y que eso no se hace. A muchos conciertos no ha ido, porque yo he visto esa presencia de la partitura no en muchos, sino en casi todos los conciertos a los que he asistido, con nombres como Caballé o Domingo a la cabeza. Victoria de los Ángeles decía que la presencia de la partitura ayuda al cantante a mantener la seguridad durante la interpretación, y se ponía muy nerviosa cuando ella salía partitura en mano y Alicia de la Rocha, por ejemplo, no lo hacía para acompañarla al piano. La presencia, por tanto, de la partitura en el caso de Nina Stemme no es excepcional, ni motivo de crítica, es una tontería más. Creo que es la primera vez que Stemme se lanzaba con esta impresionante pieza, y tuvo de todo. Lo que más, desacuerdo total y falta de apoyo de la orquesta y de su director. Vamos a ver, de una buena vez, que la culpa estuvo ahí, no en ella. Dejémonos de tonterías. Que todos los cantantes que pasan por el Real sufren el mismo problema. Estuvo heróica cuando tuvo que estarlo, melancólica en la segunda parte, absolutamente entregada al final, y a mí me saltaron lágrimas cuando recitó "Ruhe, ruhe, ruhe..!".
La voz es importante en cuanto al volumen, apenas utiliza apoyos, se mueve muy bien en la zona aguda y no tiene problemas con la zona baja. Corrió perfectamente por el Real, digan lo que digan las plañideras, y tuvo algún problema puntual de afinación, pero fue muy puntual, porque por ejemplo, al final de la escena las terribles notas agudas estuvieron allí sin dificultad. Es una voz grande, no especialmente grande, pero sí ancha, engarzada en cierta oscuridad, con un vibrato inteligentemente usado, aunque quizás es el único pero que le pondría. La zona media rutilante, y el fraseo muy bien y elegantemente conseguido. Con un océano vocal como ese, el matiz se dificulta, pero Stemme supo hacerlo en Wagner sin dificultad. Emocionó, y los bravos fueron merecidos. He escuchado a alguien decir que el segundo bis fue porque López Cobos se subió corriendo al podio, porque si no no habría sido. Es mentira, después de ese segundo bis siguieron 10 minutos más de aplausos, la gente quería más. Los bises fueron "Traume" de los Wesendock Lieder de Wagner, difícil y con Stemme algo agotada tras el esfuerzo por la escena que acababa de interpretar, le costó conseguir el tono adecuado, pero es normal. "Cecilia" de Strauss estuvo inmensamente mejor, y aquí recordó a Caballé en algunos momentos. No me gustó la orquestación escogida por López Cobos, prefiero la que ideó en su momento Leonard Bernstein.
Cómo siempre un vídeo para ilustrar la cosa.
Yo aconsejaría seguir la carrera de esta soprano, y desde luego, me pareció de muy alto nivel y un auténtico lujo escucharla. La orquesta, una vez más, lo fastidió todo. Me hubiera gustado saber qué habríamos escuchado con una buena orquesta y un buen director, y si los bobos que pululan por ahí dirían lo mismo. Claro que a alguno de esos la "Suite" de Strauss les pareció bien, y fue con diferencia lo peor, así que... Pero una mujer que canta como lo hace en el video anterior... No se merece lo que se ha dicho de ella

2 comentarios:

Nina dijo...

Lo que le escuché a ella por la radio me hizo disfrutar mucho del recital. La hubiera tenido cantando "propinas" la noche entera.
La orquesta, pues lo que esperaba de ella, ni más ni menos. Es un error meter tanta música orquestal teniendo en cuenta cómo es la Sinfónica de Madrid.

Eugenio dijo...

totalmente de acuerdo Nina!