La Editorial Impedimenta publica esta magnífica novela de Eudora Welty, escritora norteamericana fallecida en 2001 a los 92 años, y que con esta novela fue acreedora del Premio Pulitzer en 1973. Es curioso como una escritora más que notable, perteneciente a la gran generación del autores del Sur de los Estados Unidos, como Truman Capote, y con una trayectoria tan brillante, sea sin embargo poco conocida para el gran público en nuestro país, con sus obras escasamente editadas (de hecho, esta es la primera edición en castellano, con traducción de José C. Vales, de una novela con casi 40 años de vida).
En el magnífico prólogo de Félix Romeo se nos explica el gusto y casi la obsesión que Welty tenía por la literatura infantil y los cuentos de hadas, a los que consideraba un compendio de virtudes estéticas en lo que a localización espacio-temporal se refiere. No está mal esa referencia, porque así La hija del optimista se nos aparece como una obra que, enmarcada en un adusto realismo sin apenas concesiones, puede ser entendido, en clave fantástica, como un homenaje conceptual a esa literatura para niños, pues si rascamos un poco vemos todos los ingredientes posibles. También sorprende en una historia llena de misterios velados, de realidades ocultas, de pesimismo y tristeza, el título, que califica como optimista a quien en realidad vivió siempre en la huída y la ausencia. La historia es muy sencilla, Laurel, una mujer madura, viuda de guerra, regresa de su Chicago natal para atender a la enfermedad de su padre, un recio juez del sur que sufre una delicada operación que ha de superarse con un atroz reposo absoluto. La presencia ominosa de la madre muerta y de la segunda mujer, una vulgar idiota, coronan un relato de costumbres, luces y sombras, renuncias y un supremo acto de madurez intelectual y emocional plagado de abandonos. Un mundo de valores agotados en sus propias mentiras donde los personajes, dibujados con ligeras pinceladas, son al final presencia poderosas y macizas, en un ambiente donde el calor, el ruido y el polvo martillea nuestras conciencias. Excelentemente ambientada y concebida, es una de las grandes novelas americanas del Siglo XX, y no deberías de perdértela.
En el magnífico prólogo de Félix Romeo se nos explica el gusto y casi la obsesión que Welty tenía por la literatura infantil y los cuentos de hadas, a los que consideraba un compendio de virtudes estéticas en lo que a localización espacio-temporal se refiere. No está mal esa referencia, porque así La hija del optimista se nos aparece como una obra que, enmarcada en un adusto realismo sin apenas concesiones, puede ser entendido, en clave fantástica, como un homenaje conceptual a esa literatura para niños, pues si rascamos un poco vemos todos los ingredientes posibles. También sorprende en una historia llena de misterios velados, de realidades ocultas, de pesimismo y tristeza, el título, que califica como optimista a quien en realidad vivió siempre en la huída y la ausencia. La historia es muy sencilla, Laurel, una mujer madura, viuda de guerra, regresa de su Chicago natal para atender a la enfermedad de su padre, un recio juez del sur que sufre una delicada operación que ha de superarse con un atroz reposo absoluto. La presencia ominosa de la madre muerta y de la segunda mujer, una vulgar idiota, coronan un relato de costumbres, luces y sombras, renuncias y un supremo acto de madurez intelectual y emocional plagado de abandonos. Un mundo de valores agotados en sus propias mentiras donde los personajes, dibujados con ligeras pinceladas, son al final presencia poderosas y macizas, en un ambiente donde el calor, el ruido y el polvo martillea nuestras conciencias. Excelentemente ambientada y concebida, es una de las grandes novelas americanas del Siglo XX, y no deberías de perdértela.
1 comentario:
Hacia tiempo que no leia tu blog, debido fundamentalmente a exceso de trabajo, y da alegria reencontrase con un espacio culto y ameno, un faro en medio de la marasma de salvames y dec tan en boga últimamente.
Conocía de la existencia de este libro porque visito habitualmente la página web de la editorial. Me llamo la atención su sinopsis y con este comentario me acabo de decidir. Bueno por este y por el de Danilo Kis. Apuntados para mi cumple.
Un besazo guapo.
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