Pues España ha ganado el Mundial, y un servidor, que sólo seguía el partido oyéndolo, porque me negaba a verlo por pura superstición, tuvo la suerte de ver el gol cuando me levanté a hacer pis. A ver si mis riñones van a ser como el Pulpo Paul... Sigo adelante con la última reseña de libros que quiero hacerte, por ahora (luego pasaré a conciertos que he visto en los últimos dos meses). Se trata de mi admirada Amelié Nothomb, de quien acabo de terminar su libro Ordeno y Mando. De la Nothomb creo que ya lo he escrito todo. Que me gustan más sus obras autobiográficas que sus novelas de ficción, aunque estas también me atraen por lo extraño de las situaciones que presenta. Aquí una más. Un cuidadano anodino, próximo a los 40 años, recibe de manera frívola un consejo durante una noche de cena: Si alguien muere en su casa, no llame a urgencias, sino a un taxi, y cuando llegue al hospital diga que se ha muerto en el trayecto, para evitar que lo investiguen y que la sombra de la sospecha no caiga sobre usted. A la mañana siguiente, ocurre. Un ciudadano sueco afincado en Francia le pide usar el teléfono para comunicar una avería en su coche, y mientras lo hace cae fulminado al suelo. Aterrorizado por la casualidad, en plena paranoia, el protagonista toma la decisión más increíble: como el desconocido se le parece, quiere suplantarlo. A partir de ahí, la historia, extraña, extravagante, centrada en una mujer misteriosa y alcoholizada con champán, navega por los oníricos torrentes de la más genuina Amelié Nothomb. Pese a que me ha gustado, aunque le pongo peros a cómo resuelve la historia, tengo la sospecha de que o la Nothomb empieza a buscar una línea de historias menos extremas o terminará por agotarse. Con Ordeno y mando hace lo que se espera de ella, pero cierto espíritu crítico y altocultural que existía en sus obras precedentes parece aquí quedar oscurecido por un simple ejercicio de estilo. Interesa, es una buena obra, pero aún Las Catilinarias sigue siendo, para mí, la novela más conseguida de Amelié Nothomb.
Una cosa más: comienza a irritarme que como ilustración de todas sus portadas se usen fotos de la autora, más o menos artísticas y, sobre todo, mostrándola mucho más atractiva de lo que realmente es. La portada en plan Virgen de los Remedios de esta novela es lo más kistch que he visto en años.
1 comentario:
Me encanta volver a leer tus post. Coincido contigo plenamente, tanto en lo mucho que me gusta la autora, como en lo cargante y egolatra de las portadas con la escritora despues de una sesión de retoque fotográfico digital.
No obstante comprare el libro y a pesar de mi beateria tapare la portada con papel de periodico.
Un beso guapo.
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