Edward Steichen está considerado el mejor fotógrafo de la historia. Bueno, esas cosas siempre son exageradas y muy peligrosas de afirmar, pero lo cierto es que trabajó con sus cámaras durante más de 80 años estableciendo las claves de un lenguaje que luego ha venido repitiéndose hasta la saciedad. Steichen no inventó la fotografía, pero después de él casi nadie ha inventado nada en el campo de la fotografía.
Esta es un exposición absolutamente monumental, que estará en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía hasta el 22 de septiembre, y merece mucho la pena verla. Tiene, para mí, una pega, que es extremadamente exhaustiva: hay demasiada fotografía y el espectador puede llegar a saturarse o a no acceder a todo el goce estético que esta exposición debería causarle. Personalmente, hice un barrido con intención de regresar, pues me era del todo inaccesible (me agobio pronto en los museos o las exposiciones que considero excesivas). El tamaño de muchas de las obras, pequeño hasta límites miniaturistas, tampoco ayuda. En general, una exposición proveniente del Museo del Eliseo y de la Fundación para la Exposición de Fotografías (Minneapolis) que trata de ser tan prolija que llega a cansar al espectador. Con menos obras se habría conseguido el mismo resultado.
Steichen nace en 1879 en Luxemburgo (emigra de niño a USA) y muere en 1973. En sus ochenta años de carrera, si contamos los juveniles (que aparecen en la exposición) tocó todos los géneros que se os puedan ocurrir: retrato, paisaje rural, paisaje urbano, desnudo, publicidad, artes escénicas, reportaje periodístico... Todo ello en tres periodos bien marcados. El primero, pictorialista, viene siendo hasta la Primera Guerra Mundial, y se basa en desnudos y paisajes muy simbólicos, como las dos obras que os pongo a continuación, tituladad In memoriam y El Puente de Brooklin. Es también la época en la que forma grupos artísticos o firma manifiestos de Vanguardia.
De su segunda época ya hemos visto algunas fotos, como el retrato de Gloria Swanson, ¡qué inquietantes ojos tras ese encaje!, o la caracola de un poco más arriba. Es el periodo moderno, cuando se hace realmente famoso y todo el mundo quiere un retrato (se decía que si Steichen no te fotografiaba, es que no eras nadie). Los mitos modernos, que eran las estrellas de cine, hacían cola para ponerse ante su objetivo, como Greta Garbo o Norma Shearer. Steichen decide que la fotografía debe crear su propio lenguaje, abandona el principio del arte por el arte y se lanzó a la dignificación artística, y comercial, de su trabajo.
Es la época de las imágenes de la era industrial y de los reportajes de guerra, en los que plasma perfectamente la grandeza y la miseria del mundo contemporáneo. Aquí tenemos el Empire State.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se encarga de la propaganda de guerra estadounidense de manera oficial. Allí puede observar las miserias humanas hasta su mayor grado de expresión, y queda fuertemente impactado.
Después de la Segunda Guerra Mundial y hasta 1962 es nombrado Director de Fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Allí comienza su última etapa, o periodo expositivo durante el cual Steichen diseña exposiciones monumentales y temáticas. Pero sobre todo, da lugar a su obra más importante, su mayor epopeya: la exposición La familia del hombre en 1955, que aún hoy continúa abierta en Luxemburgo, y es la única exposición que ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Esta exposición representa el nacimiento, desarrollo, amor y felicidad del ser humano. Tachada por algunos de paternalista y condescendiente, de buenismo sin concesión a la realidad, lo cierto es que es una obra maestra expositiva, y por cierto hay un montaje audiovisual en la exposición que ahora nos presenta el Reina Sofía que no pude ver porque su encargada debía de tener prisa y apagó el montaje 15 minutos antes del cierre oficial de la exposición.
En fin, que merece la pena, pero yo recomendaría verla de dos veces. Al parecer se complemente con una exposición que hay en el Museo del Traje (antiguo Museo de Arte Contemporáneo) en el que la fotografía de moda de Steichen es protagonista. Terminemos, como no, con un vídeo homenaje:
1 comentario:
Hola!!
Muy buena descripción de la exposición..casi casi que la huelo.
Ahora puedo afirmar que mis ganas están exaltadas!
mañana y pasado me esperan dos días con grandes dosis de arte por Madrid. Empezaré por una visita al Reina Sofía, donde quedaré exausta.
Y al día siguiente todo el día en Arco. Nose si habrás estado, supongo que si.
Una pena lo que dices de la exposición de Steichen, me agobia pensar que no podré disfrutar del todo sus obras. Espero que me cale de lo mejor.
Un saludo!
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