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viernes, 8 de agosto de 2008

De exposiciones por Madrid, 4: Máquinas & Almas


Uno de los problemas, a veces, del arte más actual, es, como ha sido siempre, la incomprensión por parte del público. A eso, añadiría yo, se le une la tomadura de pelo por parte del artista. El tiempo, gran escultor, como dijo Marguerite Yourcenar, se encarga de poner las cosas en su sitio. ¿Me gusta? ¿No me gusta? ¿Comunica algo interesante? ¿No comunica nada? quizás sólo esas deberían de ser las claves.

Entramos en el siglo XXI, ya casi consumida una década, y aquel arte a camino entre la ciencia y la tecnología, ese arte difícil de entender pero sumamente atractivo, ese arte que quizás nace de los -ya- viejos montajes de videoarte y algo más, se ha convertido en una realidad consolidada, más allá de la pintura, la escultura, los audiovisuales... Una concepción de la estética, un discurso ético, y una relación con el espectador absolutamente nueva.

De eso se trata en esta exposición del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, un montaje oscuro, alternativo -como muchos de sus espectadores, algún día reflexionaré sobre ello- que intenta ser casual sin serlo, a ratos incómodo. Las cartelas digitales (que a veces se apagan y el espectador tiene que esperar a que se reinicien para enterarse de algo) combinadas con otras al uso e incluso en algún caso con las explicaciones estratégicamente diseñadas como meras fotocopias tiradas por el suelo o en cajas de cartón (absurdo por otro lado querer dar ese aire desastrado o populachero de casa okupa a algo que está embutido en un gran centro de arte internacional). Una exposición que yo recomendaría, aún teniendo en cuenta que, personalmente, me gustaron sólo una par de cosas. Otras me resultaron curiosas, y a muchas otras simplemente respondí con un "pues vale".

Todos los artistas que se incluyen en la muestra tienen como factor común el unir ciencia, tecnología y arte, como antes he expresado. Unos a través de la mecánica, otros a través de la química, otro con un claro contenido ecológico, y los más por medio de la todopoderosa informática. El hombre, nos recuerda el folleto explicativo, es el que le da forma a todo eso. Los objetos, las tecnologías, no tienen alma, no hacen nada por sí mismos, aunque lo parezca, es el impulso, el aliento de la humanidad, el que es capaz de moldearlos para dar lugar a la expresión.

Al ser muchas propuestas, y muy diferentes, es normal que al final nos quedemos con algunas, desechemos otras, y vituperemos unas cuantas. Es el sentido de este tipo de exposiciones. No sería lógico, tal es la variedad, que lo quisiéramos asumir todo, que todo nos gustara. Pero sí nos esboza un lugar en el campo de las artes actuales, una especie de estado de la cuestión que, de ninguna manera, nos dejará indiferentes.

Los artistas que están expuestos son (los unidos con & trabajan juntos): David Byrne & David Hanson, Daniel Canogar, Evru, Paul Friedlander, Theo Jansen, Sachiko Kodama, Rafael Lozano-Hemmer, John Maeda, Chico McMutrie & Amorphic Robot Works, Daniel Rozin, Ben Rubin & Mark Hansen, Antoni Abad, Vuc Cosic, Harun Farocki, Pierre Huyghe, Natalie Jeremijenko & Ángel Borrego, y Antoni Muntadas.

¿Qué me gustó a mí? En primer lugar los animales alimentados por el viento de Theo Jansen, diseñados para moverse por la playa, por la arena, por el medio natural, y que esta exposición demostró no pueden encerrarse en el medio urbano y mucho menos en un museo, porque no caminan, no funcionan igual, no se desarrollan, ni viven, ni respiran... Uno de sus animales nos reciba a la entrada del museo, y hay que ver los sufrimientos de sus encargados por hacerlo caminar con un mínimo de gracia, que finalmente no aparece por ningún lado. Como un león no puede vivir en un ático, un animal de Jansen no puede caminar en la ciudad. Bonita metádora, por otro lado. No sé si me gustó tanto como idea artística que como objeto animado y complicado, si me interesa el discurso o es como esos robots que cantan com Elvis que de tanto en tanto aparecían en las ferias, porque la fascinación que me produce es parecida. Jansen es un compilador de ingeniería y arte, de hecho ha afirmado que la frontera entre ambas disciplinas sólo existe en la mente. Podría poner mi propio vídeo de lo que sucedía con sus animales en la muestra, pero francamente me da pena, prefiero poneros una imagen de cómo deben moverse en realidad:

Posiblemente la propuesta que más me gustó fue la de la japonesa Sachiko Kodama. La idea es la siguiente: usa un ferrofluido al que somete a un campo magnético cambiante. Eso hace que el espectador vea como un líquido se comporta de una manera cambiante y asombrosa, formando puntas de flecha, montañas, formas cóncavas y convexas, espirales imposibles... El resultado artístico es el líquido manipulado en sí mismo (que hace multitud de formas que se pierden instantáneamente y ya no regresan), las fotografías que la artista toma de sus constantes y caprichosos cambios, o los vídeos que se graban con la misma intención. Brillantísimo y estéticamente muy intenso, fracamente interesante, aunque el sentimiento de artilugios de feria no acababa de escapárseme. Os recuerdo que todo lo que véis es líquido:

Por último, gustarme, lo que se dice gustarme, y además mucho, fue el montaje de Harun Farocki titulado Deep play. Se trata de la retransmisión de la final del último Mundial de Futbol, en tiempo real, visto desde multitud de pantallas en las que suceden diferentes cosas. En la primera se ve la retransmisión como la vé el realizador de televisión, y se escuchan sus órdenes de ir pasando de una a otra cámara. Otra pantalla muestra lo que se veía al mismo tiempo desde un balcón cercano al estadio. Otra cámara sigue a un jugador de Francia durante 15 minutos, sin parar, mostrando todo lo que hace; mientras otra hace lo propio con un jugador italiano, analizándose su velocidad de reacción. En otras pantallas se analiza en juego por diferentes medios, en otra se vé a dos visualizadores de las cadenas de televisión contando caídas, pases, etc., que van comunicando a una tercera persona que rápidamente efectúa estadísticas que luego se venden a los medios de comunicación. También se ven las grabaciones de las cámaras de seguridad... Salvo ésta última o la cámara que Farocki coloca en un balcón, el resto son recursos reales, que usan las televisiones para emitir un partido. Realmente divertido e interesante, mostrándonos la interactividad y multiperspectiva de un mismo hecho, y colocándonos a nosotros, en el centro, como espectadores pasivos de un enorme despliegue que se produce para entretenernos. He encontrado este vídeo (malo) en youtube.

Interesantes las propuestas, nacidas de analizar la comunicación en internet y la calidad de la información son las de Rubin & Hansen en Listening Post, que colocan decenas de pantallitas conectadas a tiempo real en chats y que muestras frases que se están escribiendo en ese momento, siendo I am la más repetida; o el gran montaje de Antoni Muntadas que analiza la información que se cruza entre grandes corporaciones del mundo, en tiempo real, empleando un color distinto para cada tipo de comunicación que se produce. Hay que verlo y estudiarlo para entenderlo. Otro vídeo malo.

Por último, muy interesante el proyecto UrbanSpaceStation de Jeremijenko y Borrego, una cubierta vegetal para tejados de grandes ciudades que asocia y reutiliza el CO2, las aguas residuales, celulosas y basura orgánica generada por el propio edificio y los convierte en nutrientes y oxígeno. En los links de la columna derecha pongo su blog.

En fin, que la recomiendo, y además mucho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy interesante descripción de la exposición, soy estudiante, gracias