Os presento a una escritora que hace poco menos de un año que conozco, y cuya lectura me ha dejado francamente impresionado. Se trata de Amélie Nothomb (nacida el 13 de agosto de 1967 en Kobe, Japón) una escritora belga en lengua francesa. Su padre es diplomático, con lo cual la infancia de Nothomb se desarrolla entre Japón, China, Laos, Birmania, Estados Unidos, Bangladesh… Ello le ha servido no sólo de formación, sino también de base para muchas de sus historias, puesto que sus vivencias de niña en esos mundos exóticos se han ido convirtiendo, poco a poco, en novelas autobiográficas más o menos veraces.
Hasta los diecisiete años no regresa a Europa, y siendo belga se siente extranjera en su país. Su paso por la Universidad Libre de Bruselas no es fácil, dado que por su apellido es identificada con una familia altoburguesa y católica, además con un bisabuelo vinculado a la extrema derecha… De ahí sale el argumento de “Anticrista”. Regresa a Tokio tras licenciarse, y de su experiencia laboral en esa ocasión surge “Estupor y Temblores”, Gran Premio de Novela de la Academia Francesa. Pero es con “Higiene del Asesino” con la novela que comienza su éxito más fulgurante. Pedante cuando quiere, misteriosa, un poco altiva, diferente… Lo que me gusta de Amèlie Nothomb es la calidad de sus imágenes, con historias que muchas veces responden a un mismo esquema: dos personajes, una confrontación. Magnífica “empleadora” del idioma, domina la narrativa y tiene un léxico apabullante, así como una cultura sobresaliente. Brillante, compulsiva, diferente, se está convirtiendo, por derecho propio, en una de las grandes de las letras europeas del comienzo de siglo.
Bibliografía:
Hygiène de l’assassin, 1992 (Higiene del asesino, Circe Ediciones, 1996)
Le Sabotage amoureux, 1993 (El sabotaje amoroso, Anagrama, 2003)
Légende un peu chinoise 1993
Les Combustibles, 1994
Les Catilinaires, 1995 (Las catilinarias, Circe Ediciones, 1997)
Péplum, 1996
Attentat, 1997 (Atentado, Circe Ediciones, 1998)
Mercure, 1998
Stupeur et tremblements, 1999 (Estupor y temblores, Anagrama, 2004)
Le Mystère par excellence, 1999
Métaphysique des tubes, 2000 (Metafísica de los tubos, Anagrama, 2001)
Brillant comme un casserolle, 2000
Cosmétique de l'ennemi, 2001 (Cosmética del enemigo, Anagrama, 2003)
Aspirine, 2001
Sans Nom, 2001
Robert des noms propres, 2002 (Diccionario de nombre propios, Anagrama, 2004)
Antéchrista, 2003 (Antichrista, Anagrama, 2005)
L’Entrée du Christ à Bruxelles, 2004
Biographie de la faim, 2004 (Biografía del hambre, Anagrama, 2006)
Acide Sulfurique, 2005 (Ácido sulfúrico, Anagrama, 2007)
Journal d’Hirondelle, 2008 (Diario de Golondrina, Anagrama, 2008)
Ni d’Ève, ni d’Adam , (Aún no traducida al español, publicada en francés por Ed. Albin Michel, 2007).
Ahora una referencia a alguna de sus obras:
Estupor y Temblores, Anagrama (Panorama de narrativas). Una novela intensa de esta joven escritora belga que ahora mismo está muy de moda, y con razón. Literatura ágil, culta cuando quiere, con un dominio endiablado del idioma y una gran maestría para describir sensaciones y atmósferas. Semi biográfica, la joven Amélie regresa al Japón del que se enamoró siendo niña, pues había nacido allí como hija del Cónsul General de Bélgica. Aunque ha vivido en muchos lugares, Japón es el sitio con el que se siente más identificada, y de hecho durante sy juventud se sentía realmente japonesa. En su reencuentro con el país, decide pedir trabajo en una gran empresa como traductora. A partir de ahí, va bajando peldaños, en lugar de subirlos, hasta llegar a ser encargada de los cuartos de baño, pues por una serie de problemas, inadecuaciones, e intrigas, va siendo fulminantemente degradada, aunque todos saben, a cuenta de un informe que nunca debió escribir, que estaba más que cualificada para trabajar en el departamento comercial de la empresa. Pinta la autora una visión de Japón menos idealista y poética a las que estamos acostumbrados, y usando la empresa como un universo (no cuenta nada de su vida habitual fuera del trabajo, y además en una parte del libro expone que no es de ese Japón agradable donde todo el mundo la quiere del que le apetece hablar en este libro, sino del otro, más siniestro), expone las diferencias culturales entre occidente y oriente, el racismo con el que suele ser tratada, los contrastes en cuanto a tradición y modernidad, y en definitiva deja claro que es muy difícil para unos y otros entendernos, lo mejor es soportarnos y tolerarnos. Copio una crítica que he leído por ahí, y con la que estoy de acuerdo: El libro pone de manifiesto la gran diferencia entre las culturas de oriente y occidente, sobre todo en el mundo empresarial, que es descrito de forma despiadada: la penalización de la iniciativa propia de los empleados (tomar una iniciativa sin consentimiento del jefe es algo indigno); el control absoluto de los sentimientos; las fórmulas burocráticas que exigen incluso que se repita ante cada uno de los superiores jerárquicos la petición de renuncia. Pero no solo la empresa japonesa es puesta en la picota; también se dedican muchas páginas a criticar su cultura en general, las grandes exigencias sociales hacia el ciudadano, especialmente si es mujer, y que llevan a que Japón sea el país con mayor índice de suicidios del mundo. Sobre este particular la autora reflexiona mediante una digresión terrorífica que explica las pocas expectativas de "felicidad" que le quedan a la mujer japonesa (aunque al hombre tampoco le quedan muchas que digamos). Aquí añado yo que la clave de humor es fundamental, y hay momentos en los que puede surgir una carcajada gracias a un humor inteligente. Como cuando la autora se muestra perpleja de que el índice de suicidios, especialmente el femenino, no sea mayor en el país del sol naciente. Políticamente incorrectísima, el que busque un Japón bucólico, que pase de largo por este libro.
Metafísica de los tubos, Anagrama. Esta novela es arrasadora, impresionante, divertidísima y llena de sentido. Ahora tomo totalmente prestados los comentarios de una página de críticas amateur porque no tengo tiempo de escribir mucho más y los suscribo de pe a pa: Según explica en una parte del relato, los japoneses tratan a sus bebés como pequeños dioses más o menos hasta los tres años: Rápidamente me di cuenta de que mi edad me confería un estatus especial. En el país del Sol Naciente, desde el nacimiento hasta el parvulario inclusive, uno es Dios... Yo era un Okosana: una honorable excelencia infantil, un señor niño. En esta historia Nothomb establece un claro paralelismo entre ella misma, Dios y Jesús, y consigue hacerlo perfectamente creíble utilizando un par de escenas que acercan a la vida de Jesucristo y la suya. Después de llegar a los dos años y medio en estado de tubo, la pequeña Amèlie despierta al mundo por obra y gracia de un "milagro" propiciado por su abuela que le descubre el sentido de la vida, el placer. Desde ese momento comienza a observarlo todo con mirada prudente, irónica, midiendo cada paso que da (oculta a su familia que sabe hablar y les regala sus primeras palabras en etapas fríamente meditadas), meditando sobre la vida y la muerte, el mar, aprende a leer sola... También a esa edad decide ser japonesa, mostrando el profundo amor que siente hacia un país que no es el suyo. En parte parece ser por la adoración que le muestra su aya: Nishio-san se prosterna cuando aparece, le da la comida de su plato, la adora: y entre unos padres que la trataban igual que a los demás y una aya que la divinizaba no había duda. Sería japonesa. Aunque puede hablar en los dos idiomas y para ella no hay diferencias entre ellos, decide lanzarse a hablar en japonés, comunicándose así con su adorada Nishio-san (y con sus fieles), gracias a la cual descubre algunos de los grandes temas de la vida, como la pérdida, en contraposición con Kashima-san, una japonesa aristocrática y amargada que culpa a los occidentales de todo lo que ha sido malo en su vida. Parece difícil, pero en esos seis meses de su vida, Amèlie aprende mucho de lo que necesita para desenvolverse en la vida, y lo expresa con su habitual crudeza e ingenio, rematando una obra autobiográfica conmovedora y sorprendente. El libro es mucho más que eso. La metáfora del tubo es muy buena, y su identificación con Dios, aún mayor. Es semi biográfica, más que autobiográfica, hay cosas que simplemente no nos podemos creer, pero ¡es tan lúcida!, llega a un nivel de análisis cuajado de cultismo y envuelto en sentido del humor y diafanidad. Para leer, releer y disfrutar, con muchos matices dando vueltas por ahí. Una novela que, de ser escrita en un tono más solemne, sería terrible, por su crudeza.
Cosmética del enemigo, Anagrama. Un ejecutivo que espera la salida de su vuelo retrasado en el aeropuerto es asaltado por un hombre de una edad similar empeñado en que conversen. Por mucho que el primero lo intenta, se tiene que rendir pues la perseverancia del segundo, amenazando con perseguirlo por todo el aeropuerto, es enfermiza y hostil. Una conversación obligada y desequilibrada entre dos desconocidos da comienzo: el asaltante se presenta y desgrana una vida llena de atroces momentos, de asesinatos cruéles y de actos viles... A partir de ahí, todo se desarrolla en muy pocas páginas (es poco más que un cuento largo) hasta un inesperado desenlace. No puedo desvelar absolutamente nada, y dar una opinión sobre cuál es el tema o de qué trata el libro sería una pista que fastidiaría el final. Les prometo que es apasionante e incluso genera ansiedad por momentos. Inquietante. Magistral por crear una atmósfera tan atractiva en tan poco espacio.
Higiene del asesino, Circe. Primera novela publicada de Nothomb, magnífica pero con una edición pésima en castellano, hasta 5 faltas ortográficas en las primeras 54 páginas. Un escritor, ganador del Nobel que jamás da entrevistas, anuncia que va a morir en menos de dos meses de una extraña enfermedad y consiente en recibir a un puñado de periodistas de todo el mundo. Uno a uno, los periodistas son despachados con una violencia verbal certera y lesiva. Pero la entrevista final pone al escritor contra las cuerdas obligándolo a enfrentarse a su triste realidad. Como en el anterior, desvelar algo más fastidiaría el desenlace. Es una primera novela, es muy brillante, muy cruda, muy metafórica (está plagada de metáforas, sobre la condición femenina, por ejemplo, lo que por otro lado es hilarante, cuando lean la novela me entenderán). Los personajes son tremendos, desagradables, a ratos desdibujados, y bien es verdad que Nothomb no había alcanzado aún madurez como escritora y le falla un poco la capacidad de dar realismo a la situación, a veces oyes el engranaje de las ruedas girar. Pero sigue siendo muy recomendable.
Sabotaje Amoroso, Anagrama. De nuevo la niña Amélie en el Pekín comunista de la Banda de los Cuatro, a mediados de los setenta. La niña que se enfrenta a un nuevo país, a una nueva realidad, y al descubrimiento del amor. Continuación lógica de “Metafísica de los tubos”, Nothomb desgrana el desdén y la vitalidad de una niña que, como todos los niños, se cree el centro del universo, y como tal no puede soportar ser desplazada, o que algo inquietante le de a entender que no está en ese privilegiado puesto. Con una premisa sencilla, y su habitual maestría, Nothomb llega, como siempre, más allá.
Pon a Amèlie Nothomb en tu vida... Es francamente buena.
1 comentario:
Si tuviese que sintetizar diria... AN, escoge un motivo.. un soldado gordo, una escritora subnormal, etc, y lo demás es el desafío (maravillosamente resuelto en su caso) a su propia imaginación. Y que es el arte sino?
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