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miércoles, 28 de enero de 2009

Ben Heppner en el Real: Maravilloso tenor.

El segundo concierto que vi y escuché esta semana, también en el Real, fue excepcional. Lamento decir que iba sin ganas a escuchar al tenor canadiense Ben Heppner, dado que la última vez que actuó en Madrid tuvo que marcharse a la mitad del concierto y su estado vocal era tremendamente malo, y así me lo transmitió un buen amigo al que quiero mucho. Total: me compré una entrada barata, y allá que me fui. Debo decir que me alegro de haber ido, pese a mis dudas, y que Heppner es uno de los mejores tenores de la actualidad. No es el de hace años, nadie es el de hace años. Su fraseo, su dicción, su vocalidad, su línea melódica, es excepcional, y el dominio técnico bastante bueno, Tuvo dos errores, una pérdida puntual de voz en Lohengrin y una pérdida de memoria en Fidelio pero de resto, iba bastante acertado. Algún idiota, porque no se le puede llamar de otro modo, ha escrito por esos foros de dios que estrangulaba en la zona de paso al agudo… En fin, los hay que por opinar son capaces de vender a su madre, porque no se escuchó nada de eso. El mismo idiota dijo que los bravos fueron intencionados, insinuando que una claque oculta estaba allí para que la cosa fuera más exitosa de lo que fue. Pues un servidor braveó desde el principio, disfruté mucho, y no me considero claque. La manía de desmerecer y de juzgar es lo que algunos confunden con comentar una actuación: si no destrozan no se quedan tranquilos, si no destrozan creen que parece que no saben, y finalmente, como en realidad no saben (porque este no tiene ni puta idea de lo que habla) pues queda como lo que es, un pobre bobo ignorante. ¿Ven por qué no debo leer las chorradas que se escriben por ahí? Porque no soporto la ignorancia. Perdón: el atrevimiento de la ignorancia. Ese es el bobo que me quitó las ganas de hablar de la Kavanoba, pero ahora no me joroba el placer de ponderar a Heppner. Personalmente, con Heppner, disfruté mucho, especialmente su Sigmund, de los mejores que he escuchado nunca. Correcto como Tristán, maravilloso como Lohengrin, excepcional como Max. Si pueden escuchar a este tenor, por favor, vayan a escucharlo (y olvídense de lo que los bobos, yo incluido, escriben en internet).La orquesta del Real, infumable. Eric Hull, el director, hizo lo que pudo, a veces consiguió cosas, pero tantos años bajo la plúmbea batuta de López Cobos hace la aventura de dirigir a esta formación un amargo cáliz. Que es López Cobos el que ha hundido la orquesta, y no al revés, y el que no se quiera enterar, que siga en su mundo de ignorancia. Menos mal que me encontré con otros amigos, apasionados y cultos, como Jorge, como Javier, como Rafa, que sí saben lo que escuchan y sí saben lo que dicen... ¡Gracias chicos!
Un video para que disfruten del tenor:

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un placer volver a verte a ti, en serio, fue un alegrón. Coincreido en las impresiones del recital. Soy un enorme admirador del canadiense y viajé desde Sevilla para verle. Y no salí para nada defraudado

Bravee hasta perder la voz. Se lo merecía.

Un beso enorme

Javi

Eugenio dijo...

Es que fue un buen recital, y llamarnos a ti y a mí claque ya tiene delito, ¿no crees? Fue un placer encontrarte, amigo mío.

Anónimo dijo...

Por cierto, permíteme que enlace tu blog a mi humilde Celda ;-)

Eugenio dijo...

Haré lo propio... si logro aprender a hacerlo jajajaja

Nina dijo...

Y se supone que Radio Clásica iba a ofrecer la grabación hoy a partir de las nueve, o eso se decía en su programación.
Más cabreá estoy...