No sé si te acordarás que el año pasado publiqué en este blog una entrada que llamé algo así como proyecto "mi árbol". No sé muy bien por qué, pero cada día, camino de mi trabajo, en el tramo de carretera entre Santa Cruz de Retamar y Torrijos, sacaba una foto cutre con mi móvil a un hermosísimo árbol, ni siquiera sé la especie, que caía indolente sobre la carretera. Era espectacular, y por supuesto las fotos no le hacían justicia. En los días de sol, brillaban sus hojas de mil tonos de verde, y en el invierno, como una metáfora, se dormía dejando al aire sus ramas desnudas, para renacer poco a poco en primavera con mayor belleza, si cabe. Aquí está el enlace de aquella idea loca, pínchalo: "Mi árbol". Y aquí lo tienes en todo su esplendor de verano:
En el curso de la última primavera, aunque no le saqué fotos, estaba hermosísimo y había crecido considerablemente. Regresando, la pasada semana, a Torrijos, descubrí que "mi árbol" ya no está. Ha sido cortado. No sé si murió de alguna enfermedad o estaba enfermo y hubo que cortarlo, si fue arrancado por cuestiones agrícolas, o si la DGT lo eliminó por ser un peligro para la conducción (aunque no vi nunca accidentes en esa zona, y una persona que va y viene por ese tramo de carretera 2 veces al día durante 9 meses al año, salvo fines de semana, es un buen testigo estadístico). El caso es que "mi árbol" ya no existe, en su lugar, un agujero en el suelo y su compañero, que parece un triste muñón. He sentido que se perdía un pequeño amigo, alguien a quien mentalmente llevo dos años dando los buenos días (alguna vez me sorprendí a mí mismo diciéndoselo en voz alta). Y he sentido tristeza. La alegría y calidez que sentía cuando "mi árbol" me decía hola o adiós cada día, y que yo convierto en un retazo de mi vida, siempre ligado a mi aventura torrijeña; han desaparecido, y ahora es un pequeño rastro de tristeza, hasta el punto en que casi he decidido cambiar de recorrido para no ver ese muñón. Es una verdadera lástima que cualquier razón, por buena que sea, signifique la muerte de un ser vivo tan hermoso, porque de lo que estoy convencido es de que no ha sido replantado en ningún sitio. Posiblemente arderá, como leña, este invierno en algunos hogares de la zona. Quise desde este blog rendirle un pequeño homenaje, mostrándolo en todo su esplendor, aunque también, para que veas que hermosura se ha perdido, dejo dos muestras de lo que ahora puede verse en ese tramo, que ha pasado a convertirse en una carretera anodina más. ¡Adios, amigo mío! Al menos yo nunca me podré olvidar de él.
3 comentarios:
=(
Así pasa, Uge. En cuanto decimos que algo nos gusta, lo quitan, lo demuelen, lo prohíben, lo derriban... Quizás debamos pasar por la vida en silencio, sin hablar demasiado sobre aquello que nos alegra.
Saludos. Y una vez derribado el árbol, que viva su recuerdo en este blog.
miaou! =(
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