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domingo, 14 de julio de 2019

De libros: "La poeta y el asesino", de Simon Worrall.



La editorial "Impedimenta" presenta esta obra de 2002, que no ha tenido edición es España hasta 2019 (si hubo edición anterior en castellano, pero en Argentina), con traducción de Beatriz Anson. Se trata de uno de los mejores libros que he leído en mucho tiempo, y que narra en 348 páginas, del modo más apasionante, la historia de uno de los más grandes falsificadores que han existido: Mark Hofmann, dotado de una personalidad psicopática que lo convirtió, también, en asesino. Hofmann era un modesto anticuario de libros y monedas de Sant Lake City, miembro de la Iglesia Mormona, que en los años ochenta descubrió y vendió importantísimos textos originales mormónicos a su iglesia, pero también a una facción crítica de la misma. Todos esos textos tenían algo en común: ponían en duda los orígenes de la organización y pintaban a su fundador, John Smith, más cerca de ser un forajido borracho, mentiroso, depredador sexual y pendenciero que de un profeta. A parte de ello, a lo que dedicó gran parte de su vida, también vendió manuscritos originales de Daniel Boone, Mark Twain, Abraham Lincoln, Emily Dickinson, y un sinfín de autores y personalidades más. Se calcula que unos 127. También consiguió y trató de vender un ejemplar del primer texto impreso en Estados Unidos, "El Juramento del Ciudadano", de valor incalculable y que se creía perdido. 
Mark Hofmann durante el juicio.
La clave de todas estas piezas, que le consiguieron una indudable reputación, es que eran falsificaciones, salidas, todas, de sus manos. No quiero desvelar muchos elementos del libro, porque es una suerte de novela de misterio, pero un falsificador normalmente se especializa en uno, o a lo sumo, y muy raramente, dos autores. Se mimetiza con él y logra generar obras indistinguibles del original. Hofmann lo hizo con muchos, sin dificultades, copiando a la perfección su caligrafía y dominando hasta el último detalle de lo que rodea una falsificación: papel, tinta, efectos del tiempo, hongos, defectos y desperfectos. Antes de que lo desenmascararan, las obras de Hofmann pasaron incluso el filtro de los expertos del FBI o la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Sólo cuando se desveló su reputación, se empezaron a rechazar sus hallazgos. Por meses, la citada Biblioteca del Congreso no adquirió el "Juramento de los ciudadanos" por más de un millón de dólares. Y lo rechazó exclusivamente porque aparecieron dudas sobre Hofmann, no sobre la veracidad del documento. Habría sido un escándalo indudable.
Mark Hofmann y los principales dirigentes de la Iglesia Mormona.
El problema es que Mark Hofmann llevaba una vida muy por encima de sus posibilidades, y empezó a acumular una colección de primeras ediciones, especialmente de obras infantiles, que llegó a ser notable, pero que lo dejaron inmerso en un océano de deudas. Para pagarlas, generó un negocio piramidal alrededor de sus falsificaciones, pagaba una deuda generando otra, y cuando las dudas comenzaron a caer sobre él, y se cortó el crédito y los acreedores, algunos muy peligrosos, comenzaron a reclamar su dinero, trató de evadirse asesinando a dos personas y simulando un atentado contra sí mismo, diseñando un plan criminal que finalmente no funcionó. 
Mark Hofmann de joven y en fechas recientes.
Más de diez años después de que Hofmann fuera detenido y condenado, y se conociera el catálogo de obras que falsificó, la casa de subastas Sotheby's saca a la venta un original manuscrito de Emily Dickinson, posiblemente la mayor poeta de los Estados Unidos, generadora de un lenguaje propio y libre, que apenas había publicado durante su extraña y escurridiza vida. Poco después de la venta, Sotheby's, discretamente, tiene que devolver el dinero de los compradores por tratarse de una falsificación de Hofmann. 
Única imagen autentificada de Emily Dickinson, con 16 años, en un daguerrotipo.
Simon Worrall escribe este excepcional libro desgranando en sus 348 páginas un absoluto ejercicio de erudición. Cuando lo terminas, resulta que has recibido una información de gran calidad y profundidad sobre Mark Hofmann y sus razones para tratar de dinamitar el credo mormón desde dentro. Para entender eso, nos hacen una clara exposición de lo que es la Iglesia Mormona y cuáles fueron sus orígenes, así como su actual organización. De igual forma, para asimilar el talento brutal de Hofmann, Worrall nos introduce en el concepto de falsificación y su historia en Europa, Asia y América, así como en la fabricación del papel, las tintas y el proceso técnico y mecánico de la escritura. Cómo escribimos y por qué. También  del envejecimiento de un documento y sus patologías. Incluso nos informa con detalle sobre el mercado bibliófilo y documental, la moral flexible de las casas de subastas (al fin y al cabo Sotheby's vendió un documento del que tenía claros indicios de falsedad) y muchísimos aspectos técnicos y comerciales alrededor del tema. Como no, además, hace una biografía sustancial de Emily Dickinson y explica tanto su proceso creativo como los principios fundamentales de su literatura. Mark Hofmann intentó generar una relación paralela y moral con Dickinson. Al final del libro, Worrall expone su opinión acerca de la imposibilidad ese paralelismo. 
Daguerrotipo de reciente aparición que puede corresponder con Dickinson (a la izquierda).


Lo que hace muy grande esta obra es que ese nivel de erudición y la cantidad de temas que tiene que desarrollar para que entendamos la trascendencia de Hofmann, se expone con una total amenidad, aplicando severamente el principio de "más es menos"; o como ya indicó Italo Calvino que debía ser la literatura del S. XXI,  empleando el mínimo de palabras necesario para expresar la idea adecuadamente. Al final, asistimos al funcionamiento de una mente brillante y psicopática, estéril y destructiva, que queda perfectamente descrita y desgranada, sin que, sin embargo, Worrall nos sumerja en las raíces y estructura del concepto psiquiátrico de psicopatía. La estafa de Hofmann va de la mano de la estafa del credo mormón, de la estafa del mercado de subastas, de la estafa de las antigüedades; y, al final, de la estafa cultural de una civilización. Recomiendo intensamente la lectura de este libro. Te enganchará desde un primer momento y no podrás soltarlo hasta que lo termines. Lo tiene todo a la vez, una novela de misterio, un ensayo sesudo y un alegre divertimento. Es una auténtica obra maestra.

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