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miércoles, 30 de septiembre de 2009

Seguimos con libros, y seguimos con Nothomb

Ahora que puedo hacer un alto en el camino de este espantoso mes (por el trabajo) de septiembre, voy a comentaros dos libros más de la belga Ameliè Nothomb que he podido leer. Como sigamos así Nothomb va a convertirse en una de las principales protagonistas de este blog. Pero vayamos de uno en uno.
La primera obra es una colección de cuatro cuentos para jóvenes (esta recomendada para un intervalo de edad entre 8 y 14 años) que se titula Brillante como una cacerola. El fabuloso estilo de Nothomb se pone a funcionar para darnos cuatro perlas, que como mínimo harán sonreir de satisfacción al lector. Cuentos que, siguiendo las formas y la estructura de los cuentos infantiles tradicionales, dan un giro, se tuercen, y terminan con una moraleja muy actual y defendible. Destaco especialmente el primero de ellos, dedicado a un príncipe que vive rodeado de belleza en el lugar más hermoso del mundo, y que desea casarse con una mujer fea. Las intrigas de un pintor corrupto, la accción reaccionaria de una corte que se resiste a dar el paso, y la inercia estúpida de las candidatas nos darán un final sorprendente que, tras un preludio algo violento, termina convirtiéndose en el triunfo del relativismo. Yo lo obligaría a leer en las escuelas. El segundo cuento que me enterneció cuenta el viaje de un gris hombre de mediana edad, en un tren, donde conoce a un portentoso personaje capaz de hablar cualquier idioma y adaptarse a cualquier circunstancia. Las ilustraciones en forma de grabado que realiza para esta edición Kikie Crêvecoeur acrecientan el placer de esta lectura.
La segunda, y espectacular, novela, se titula Las Catilinarias, y es, para mí, la mejor obra que hasta ahora he leído de Ameliè Nothomb, y sin duda la que refleja que es una estupenda escritora, una historia definitiva, clara, ingeniosa, satírica, imaginativa, y casi mágica. Una pareja de jubilados se retira a la casa de sus sueños en el interior del paisaje boscoso belga. Allí esperan vivir una existencia feliz y tranquila hasta el fin de sus días. Se conocen desde niños, se casaron jóvenes, han vivido siempre juntos, y viven para adorarse. Pero instalados en su paraíso terrenal, una visita diario y pertinaz de un vecino pelmazo, siempre de 4 a 6, y siempre casi sin mediar diálogo alguno, perturbará su intrascendente pero feliz retiro, y torturará al narrador (el marido) hasta límites insospechados. La pareja se enfrenta a su sentido de la educación, idean una y otra estrategias para quitarse al vecino de encima, tratarán de aburrirlo, de abrumarlo, de cansarlo, pero no les servirá para nada.

La historia es tan brillante, y tiene tantos matices y lecturas, toca tantos palos, que es de las que uno se inclina a pensar ¿Le ha salido así porque es una escritora brillante o es pura casualidad? En muy pocas páginas, apenas un cuento grande o una novela corta como queramos definirla y que es la línea general de la autora, surge una más que válida sátira no sólo sobre algunos de los principales valores de nuestra sociedad actual, sino que incluso va más allá, analizando las miserias del hombre moderno, y derribando incluso pilares que desde tiempo inmemorial se han convertido en básicos para la convivencia. Es su mejor obra, sin duda alguna, y los que conocen a Nothomb disfrutarán enormemente de ella. Los no iniciados, pedirán más. Eso sí, como en la línea comenzada con Cosmética del enemigo e Higiene del asesino, o como sucedía en Diario de Golondrina, personajes extremos, situaciones inexplicables, y muertes violentas surcan la historia. No os la pódéis perder.