Según blogger, nos han visitado todas estas personas

sábado, 1 de febrero de 2020

De libros: "Lima Freak" de Juan Manuel Robles.

El libro que nos ocupa es uno más de la colección de literatura peruana que, más o menos al azar, compré en mi último viaje al que se está convirtiendo en mi segundo país. Lima Freak: Vidas insólitas en una ciudad perturbada, es una colección de crónicas que en su momento publicó en prensa el periodista y escritor limeño Juan Manuel Robles, y que fueron editadas como libro originalmente en 2007. En 2019 la Editorial Seix Barral, parte de Planeta, decide reeditar la obra, con prólogo de Juan Pablo Meneses y nota previa del propio autor. 
Portada de la edición de 2019. Magnífica. 
La semana pasada comenté un libro, Matacabros, cuya reedición más de 10 años después de su salida original, le hacía poco favor al autor, Sergio Galarza, porque la obra, bien escrita y notable para un autor novel en los 90, sin embargo no aportaba ya nada, y se había quedado anticuada, aparte de falta de estilo. Sin embargo, Lima Freak no solo no acusa el paso del tiempo, sino que incluso mejora. Desde mi punto de vista, debido a dos cosas. En primer lugar, a que Juan Manuel Robles no era un escritor novel ni una promesa de las letras peruanas cuando publicó cada una de las crónicas y más cuando las recopiló. Sabe escribir muy bien, domina el estilo y el género, y es francamente un escritor con un gran talento. Además lo sabe, pertenece a una generación de escritores de todo el mundo, como Laurent Binet Sacha Batthyany que escriben casi con insolencia porque saben que lo hacen estupendamente. En segundo lugar, porque las crónicas nunca pasan de moda. La crónica periodística, la crónica histórica, siempre permanecen. Hoy leeríamos con fruición una crónica de época de, por ejemplo, las Guerras Napoleónicas, o de la II Guerra Mundial. La crónica es un texto periodístico que no necesita la inmediatez, sino que huye de ella. Reposada, pensada, concluyente, aparece cuando el problema se resuelve, el protagonista está consagrado y tiene poco que esconder, la verdad es conocida por todos. La crónica, mordaz, pujante, analiza, presenta y otorga una vigencia que la urgencia de una noticia no tienen. 

Las crónicas que recopila Lima Freak, en 2019, son historias de un pasado que perdura, y que forma parte de la historia reciente de una sociedad tan cambiante y dislocada como la limeña. Algunos de los protagonistas han muerto: Genaro Delgado Parker y Augusto Polo Campos. Sofía Mulanovich ya no es la flamante campeona mundial de surf, sino que ha engrosado su palmarés, se ha alejado y ha vuelto. Rafael Osterling ya no es un treintañero que sale a ligar por las noches, sino que pasa los 50 y está en la cúspide de la gastronomía peruana como un dios diletante. Laura Bozzo es una caricatura de sí misma, y Cromwell Gálvez ha salido de la cárcel y no sé si vuelto a entrar otra vez. Lo sabemos. Pero las crónicas con las que Juan Manuel Robles los presenta nos atrapan, aunque sepamos que pasó después, porque describen con precisión filológica un momento, un lugar, y una realidad clave en todos y cada uno de ellos. Nos enseñan a entender Perú, que no a comprenderlo, y nos abre el apetito de saber más. 
Portada original de 2007. La actual es mejor. 
La crónica, escribe el propio Robles en su nota preliminar, está casi muerta en la prensa mundial. Internet, las redes, la nueva forma de consumir noticias y actualidad, la han ido dejando olvidada. Sin embargo son fundamentales, y obras de maestría. Quién sabe si, en algún momento, estos tiempos de locura y vértigo vuelven a dar paso a la necesidad de comprender, más que de saber o conocer. Ahí renacerá la crónica, y con ellas el periodismo con mayúsculas. 

Juan Manuel Robles domina el género, compone sus historias con una estructura clara, que repite con éxito, y no pasa desapercibido. Es curioso que hay lugares comunes en todas ellas: los paisajes cenitales, por ejemplo, pero lo notamos porque aparecen varias juntas, si las leyéramos de tanto en tanto en prensa pasarían desapercibidos. Y tienen un leve esbozo de machismo, otro de homofobia, y un tanto de chovinismo. Pero todo ello intentando no ser ninguna de esas cosas. Bien es verdad que en códigos peruanos, por ejemplo, ser levemente homófobo es ser gayfriendly. Y lo gracioso del toque chovinista es que lo es luchando por hacer lo contrario: romper con una de las asfixias más desesperantes de la cultura peruana, como es el nacionalismo ensordecedor. A mí es un autor que me ha gustado mucho, y me da rabia no haberlo conocido antes. Así que me he lanzado a buscar otras de sus obras, como las más recientes Nuevos juguetes de la Guerra Fría (Seix Barral, 2015) y No somos cazafantasmas (Seix Barral 2019). Te invito a seguirlo y a leerlo, es un autor excepcional. Por cierto que la portada me ha parecido genial, y fue el 60% de mi interés inicial por comprarlo, cuando desconocía todo de la obra y del escritor.