Según blogger, nos han visitado todas estas personas

domingo, 22 de noviembre de 2009

Oscar Niemeyer, en la Fundación Telefónica.

Últimos días de esta exposición dedicada al arquitecto brasileño Oscar Niemeyer en la Fundación Telefónica de Madrid. Estamos ante un artista centenario, que sigue al pie del cañón, patriarca de la arquitectura mundial y uno de los grandes artífices contemporáneos. La exposición es una retrospectiva no excesivamente intensa, quizás incluso minimalisma, que pierde un poco por un montaje algo parco, pero sobre todo por una concepción escultórica del hecho arquitectónico. La arquitectura no sólo es exterior, sino que es, sobre todo, la articulación del hombre en el espacio. Y si bien con textos e ideas nos recuerdan todo el tiempo que Niemeyer es un gran humanista empeñado en singularizar al hombre dentro de su arquitectura, no hay un sólo ejemplo de plantas, ni fotos interiores, ni estudios de su organización de espacios, salvo un par de imágenes, elegidas casi al azar. La muestra se centra, únicamente, en los exteriores de Niemeyer, sus líneas, sus cubiertas, su limpidez, su sentido matemático y simétrico, las constantes de su repertorio, pero se queda en una visión epidérmica del artista, y uno sale con la sensación de haber visto algo puramente esteticista, pero poco más. Además se articula cronológicamente, sin reflexión tipológica: arquitectura institucional, arquitectura del ocio, teatros y auditorios, viviendas... Había muchas posibilidades, pero la cosa se queda en un contínuo lineal que no sabe muy bien ni cual es el cómo ni cual el por qué. Parece que Niemeyer se explicara en sí mismo, y que sólo ponderando su enorme catálogo y, sobre todo, su lúcida longevidad, está todo dicho.Luego está la hagiografía del arquitecto. Se glosa una de sus cubiertas curvas como la más hermosa del siglo XX... Un poco exagerado, esa forma ni es la primera ni es la única... Se hace mucho énfasis en la sencillez del autor, al que se presenta como alejado de todo divismo y sentido de su singularidad, pero ves la obra y te das cuenta de que eso es mentira, que Niemeyer sabe muy bien quién es y a qué se dedica. Se habla de cómo a sus 102 años está al tanto de los avances tecnológicos de más rabiosa actualidad, y de que es una suerte de mixtura entre lo analógico y lo digital, pero uno intuye que las cosas son bien distintas, Niemeyer bosqueja, da la idea general, y un miembro de su estudio, verdadero especialista en esas nuevas tecnologías, hace su trabajo: no me imagino yo a Niemeyer con el ratón de su Mac utilizando el autocad, porque 102 años son 102 años por muy lúcido que estés. Se declara a Niemeyer el gurú del fin del Racionalismo, cuando sabemos que el agotamiento de ese lenguaje fue anticipado incluso por el propio Le Corbusier, y que fue un descubrimiento de toda una generación Por último, se ponderan mucho sus trabajos desde 1990 en adelante, pero cuando los ves no dejas de darte cuenta de que son bastante repetitivos, incluso algo caprichosos. Demasiado hagiográfica, insisto, los organizadores han intentado mostrar la grandeza de Niemeyer, pero en su afán se han quedado extremadamente cortos, al final no logramos poner al arquitecto en su dimensión, y la visión es parcial y fallida.Oscar Niemeyer es uno de los grandes creadores del siglo XX, pero la exposición sólo es un pálido reflejo de su importancia. Un inquietante autor cuyos exteriores apenas dicen nada de sus interiores, un artífice empeñado en la sencillez de la grandiosidad plástica, en los espacios abiertos, en la ponderación del edificio en medio de la nada... Un auténtico ego arquitectónico. Hay que ir a verla, pero también habría que haber exigido mucho más.

4 comentarios:

Miguel dijo...

Niemeyer siempre me ha gustado por lo que tú muy bien llamas "la sencillez de la grandiosidad plástica". Sus diseños nunca me han parecido sencillos de habitar, más bien decorados, a veces incluso un poco apocalípticos por su aridez. Hubiera sido una buena oportunidad el demostrar que los interiores están a la altura de la primera impresión. Respecto a los comisarios de la exposición, entiéndeles, han de vender su producto y además a los "monstruos sagrados" ni tocarles un pelo

Eugenio dijo...

Muchas gracias Miguel por tu comentario y tus apreciaciones en privado, espero que sigas apareciendo por aquí!

Miguel Panadero dijo...

He agregado tu estupendo espacio a mi lista de blogs. Me han gustado especialmente tus visitas a exposiciones.
Saludos

MIGUEL dijo...

Uge, tal vez te interese esto: http://www.museodelprado.es/mas-prado/sala-de-prensa/noticias/noticia/volver/72/actualidad/noches-de-navidad-en-el-museo/