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lunes, 9 de noviembre de 2009

Palladio, 1508 - 1580, el Arquitecto, en el Caixaforum.

Esperaba con ansiedad esta exposición desde que se anunció hace unos meses, y debo decir que no me ha defraudado aunque tenga una serie de peros que ponerle. Se trata de una muestra realizada en colaboración con la Royal Academy of Arts, de Londres y el Centro Internazionale di Studi di Archittetura Andrea Palladio, de Vicenza, así como la participación del Royal Institute of British Architects, también de la capital del Reino Unido. No es extraña la presencia inglesa en esta magna exposición, pues a ellos les debemos en gran medida el redescubrimiento de Palladio a partir del Siglo XIX.Palladio es uno de los grandes arquitectos de la historia, y posiblemente de los más influyentes en el devenir de la arquitectura moderna y contemporánea. No sólo realiza algunos de los edificios más importantes de nuestra civilización, sino que su forma de trabajar, de pensar, de idear la arquitectura y el espacio es uno de los más prolijos e intelectualizados que existen. Durante un tiempo fue eclipsado por otros de los grandes nombres del manierismo y el barroco, pero a partir del Siglo XVIII los estudios y la admiración por su obra lo han colocado en su justo lugar. No es este el sitio para hacer una biografía de Palladio, ahí están wikipedia y tantas y tantas páginas, pero no podemos olvidar algunas de sus grandes obras, con las que intento ilustrar esta entrada: La Villa Rotonda, para mí uno de los ejemplos más significativos del ideal arquitectónico, la Villa Barbaro, el Teatro Olímpico, el Palazzo Chiericati, o la Iglesia del Redentor (en Venecia). Vicenza, el norte de Italia, tiene firma palladiana, y su labor como proyectista se verá después reflejada en ilustres autores como Juan de Villanueva, Sir John Soane, y muchos otros.
La exposición es excepcional en el material, decenas de planos debidos a la mano de Palladio, textos, libros y maquetas. A lo largo de este material, extenuante, el espectador puede hacerse una idea clara de quién fue y qué hizo este grandísimo arquitecto, y sobre todo entender su lugar y proyección en la historia de la arquitectura. Humanismo, creación, vertebración del hombre en el espacio, la forja de un lenguaje nuevo que reverencia el pasado sin renunciar a la rabiosa modernidad... Eso es, para mí, muy a grandes rasgos, Palladio, y eso queda muy claro en la exposición.¿Cual es el problema? El enorme caudal de información. En una hora, mi acompañante y yo habíamos recorrida apenas tres de las salas, pues interesados en leer y comprender hasta el último detalle, era imposible hacerlo más aprisa, y finalmente estábamos agotados, e hizo falta una segunda visita para poder contemplar la muestra en su totalidad. La presencia de las maquetas, y el hilo conductor, cronológico, tipológico, técnico, histórico, ayudan a la visita, pero hace falta una más nutrida y, sobre todo, ágil presencia de imágenes fotográficas. No es que no estén, pues se proyectas contínuamente sobre enormes paneles, pero les falta inmediatez, y frenan el avance del espectador, o lo cansan, pues no es normal estar viendo la Villa Rotonda en plano y maqueta y tener que esperar diez minutos para que parezca proyectada en la pantalla. Exceso de información (prácticamente ya sabes de dónde viene y a dónde va Palladio en la primera sala) y carencia de referentes visuales actuales hacen de la exposición una experiencia agotadora. Quizás algo menos extenso, exahustivo y prolijo ayudara más a disfrutar plenamente de tan excelente autor.Aún así, es una de las exposición de la temporada en Madrid, y si tienes oportunidad, no debes perdértela. Hasta el 17 de enero.

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