Camuflada tras la magna exposición dedicada a Manolo Blahník, y de la que ya he hablado, el Museo Nacional de Artes Decorativas ha mantenido una exposición que, desgraciadamente, tienes poco tiempo de visitar porque acabará el próximo domingo 14 de enero. Se trata de "100 objetos de Finlandia", y que viene a enseñarlos la historia de Finlandia a partir de 100 objetos finlandeses del S.XX y comienzos del XXI, la mayor parte de ellos debidos al diseño industrial. La estructura de la exposición es un objeto por año, desde 1917, año de la independencia, hasta 2017, en un recorrido por el diseño industrial, textil, gastronómico, tecnológico... que ilustran los avatares políticos y sociales de Finlandia. Desde los Años Locos, la II Guerra Mundial, la Guerra Fría, hasta el Renacimiento de los países del norte de Europa vivido desde los años 80, la era Nokia, por ejemplo. Todo eso está ahí. Una sociedad tan lejana como interesante. Aislada, diferente y pese a todo con lazos comunes al resto de Europa. La Finlandia del mejor sistema educativo del mundo nos sorprende porque muchos de los objetos que se han convertido en ejemplos de diseño son artilugios educativos: cuadros explicativos, mapas conceptuales, instrumentos para enseñar o aprender. Sorprende ver que cuando en muchos lugares de Europa el principal instrumento educativo era el pizarrín y la tiza, allá en el primer cuarto de siglo, Finlandia ya diseñaba mapas conceptuales serializados para ayudar a impartir diversas lecciones. Ropa, botes de comida, muñecas, alta tecnología... está todo. Arte, música, luz, frío, niñez, vejez... La vida de un país a través de objetos que diseñan de manera exclusiva y para el mundo. El propio aislamiento, supongo, que obliga a buscar soluciones antes que importarlas. La antorcha olímpica y un modelo de pancarta para manifestaciones. La casa del futuro, una especie de ovni de plástico sobre delgados pilares diseñado por Matti Suuronen, junto a una flauta de fibra de carbono que suena igual, o mejor, que las tradicionales. Como no, una referencia exclusiva al gran Alvar Aalto, que ha marcado la historia del diseño y la arquitectura contemporáneas. Objetos para durar, o para ser rápidamente superados. Una industria puntera, unos diseñadores con una formación excepcional y una mano de obra impecable. Una artesanía tradicional mimada y eficiente. Un país capaz de resumir, en cien objetos, en cien palabras, toda su historia, no es raro que sea una potencia educativa. Y resulta esclarecedor que decida exportar su historia por medio de sus diseños prácticos, donde otros países publicitarían símbolos culturales identitarios. Y todo ello en un espacio expositivo bien organizado, sin demasiada complicación, que se mostraba tan diáfano como el mensaje que quería emitirnos. La fortaleza de una sociedad que vivió bajo la fuerte presión política de su vecino soviético, en unas condiciones climáticas terribles, y que responde con alegría, vitalidad y superviviencia. Realmente fue muy agradable visitarla y me permitió aprender mucho. Si puedes, vete corriendo a verla antes del domingo.
Lo mejor es que Finlandia ha subido a la página web finland.fi un magnífico reportaje que te permitirá ver y entender la exposición desde casa, y disfrutarla más allá de mis torpes ideas sobre un tema del que, realmente, desconozco todo: https://finland.fi/es/vida-y-sociedad/100-objetos-de-finlandia-100-anos-de-independencia/
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